viernes, 23 de mayo de 2008

Años 80 y Ceibes de Regoufe

Lo acabo de recuperar, pura casualidad pero seguro que interesante para muchos. Porque casualidad fue el que rebuscando en la red descubriese un blog del amigo Marcelo en el que hablaba de su perra, sus perros, y su relación con Ceibes de Regoufe, el criadero, y sus propietarios. Jesús Devesa Múgica y su esposa Ana Peleteiro.
Casualidad fue el que Jesús Devesa fuese mi profesor de Fisiología, también el de Marcelo (por cierto creo que hoy es catedrático de esa asignatura); casualidad fue el que casi simultáneamente Marcelo y yo decidiésemos comprar un pastor alemán. Casualidad fue el que a ambos nos hablasen, sin que entre nosotros hubiese una relación especial, del criadero Ceibes de Regoufe, en Luou, Teo , y sorpresa, más que casualidad, fue el que quien había sido nuestro profesor, y nos las había hecho pasar canutas, fuese el dueño del criadero. Los perros que allí había eran realmente buenos, muy caros para la época, pero buenos, como describe Marcelo en su blog. Por cierto creo que el pobre Marcelo, de quien hacía años que no sabía nada, falleció hace ya unos años. El caso es que Marcelo, primero, y yo, más tarde, acabamos comprando unos preciosos cachorros de pastor alemán que pagamos a plazos cuando y como pudimos. Lo importante, y lo que ahora me trae el recuerdo, no fueron los perros sin embargo, sino los dos o tres años tan llenos de anécdotas y buenos momentos que por entonces vivimos en torno al criadero, los perros, y sus dueños. Al atardecer, ya en primavera-verano, aquella casa en el campo se llenaba de aficionados al mundo canino. Jesús siempre acababa invitando a cenar, y Ana, quien era la chica más guapa, con diferencia, que había en Santiago y alrededores, rápidamente organizaba una cena para los que hubiese, 6, 10 o 20. Si la comida no llegaba íbamos a por bocadillos a Luou, a 1 km, a veces en más de un viaje, porque al volver igual ya éramos más. Algún día me extenderé en contar anécdotas de aquella época, que hoy pueden parecer increíbles; como, por ejemplo cuando llamaron a Jesús Devesa del cuartel de la Guardia Civil de Noya, un sábado por la tarde, porque un detenido allí pedía que fuese a responder por él (por cierto fue hasta allí, yo le acompañé...). Bueno, por hoy llega, tan solo quería recordar aquellos tiempos, tan buenos, con estas dos fotos de Jesús en los años 80 y 81, en exposiciones de pastores alemanes por cierto.
Hace años que no le veo, pero si me de casualidad me leyese, un abrazo muy fuerte Jesús, espero que estés bien. Seguro que si das marcha atrás al tiempo te darás cuenta de quien soy....

El día que El Pollo se afostió....